martes, agosto 09, 2005

KLOSSOWSKI, LAS LEYES DE SU HOSPITALIDAD

Los datos básicos apenas alcanzan a dibujar los contornos de una obra. Nació el 9 de agosto de 1905 en París y fue registrado como Pierre Klossowski de Rola. Tres años después vino al mundo su hermano Balthasar, luego conocido como Balthus. Éste se desarrollaría en la pintura; aquél, como traductor (de Virgilio, Hölderlin y Nietzsche), ensayista y novelista, e ilustrador de sus figuraciones narrativas. Murieron ambos en el 2001: uno, Balthasar, el 18 de febrero; y el otro, Pierre, el 22 de agosto
En su juventud —cuenta Juan García Ponce, el gran divulgador en México de sus trabajos— Pierre Klossowski gozó de la cercanía y amistad de Rainer Maria Rilke y André Gide. “En 1924 traducía ya, en colaboración con Pierre Jean Jouve, los Poemas de la locura de Hölderlin; pero la realización de su propia obra sigue un camino lento y sinuoso.”
Se liga a los fundadores de la Sociedad Francesa de Psicoanálisis, el doctor Laforgue y María Bonaparte. El filósofo Jean Wahl lo anima a publicar sus primeros trabajos sobre Sade. Desde 1934 es amigo de Georges Bataille, quien lo acerca también a André Breton. “Después, una crisis religiosa lo lleva a abandonar el mundo. Es novicio dominico y estudia en las facultades católicas de Lyon y París. No regresará a la vida laica gasta 1945. En 1947 se casa y publica su primer libro: Sade mon prochain.”
Se diría que el erotismo (Bataille, Sade) es su norte, y el sur es la religión. En ese entrecruzamiento de cuerpos físicos y espirituales nace una trilogía narrativa después ordenada, en 1965, como Las leyes de la hospitalidad (Les lois de l’hospitalité), y cuyas estancias son: Roberte esta noche (Roberte ce soir, 1953), La revocación del Edicto de Nantes (La révocation de l’Édit de Nantes, 1959) y El apuntador o el teatro de la sociedad (Le Souffleur ou le Théâtre de société, 1960), que podrían regirse por el siguiente epígrafe: “Nuestra lucha no es contra la sangre y la carne, sino contra el poder espiritual de maldad que se encuentra en los ámbitos celestiales”.
Antes, en La vocación suspendida (La vocation suspendue, 1950), se fijan ya los deberes del artista. Escribe, por ejemplo: “El arte parece consistir en seguir los pasos de la Providencia, si puedo decirlo así, pues si los caminos de Dios son imprevisibles, es necesario que lo sean absolutamente para el lector y muy pocas veces ocurre que el autor, si quiere verdaderamente hacer obra de novelista, logre a la vez sorprender y convencer”.
Y también: “Pues el artista, si lo es verdaderamente por necesidad interior, demuestra y prueba siempre una realidad más allá de toda estética pero también de toda moral, y no puede no dar testimonio de una vida superior a la vida”.
Lo imprevisible suele presentarse en la figura del “otro”, que encuentra su cifra en esta sencilla frase: “Cuando mi tío Octave tomaba en sus brazos a mi tía Roberte, no hay que creer que era el único en hacerlo”. Esta circunstancia del tercero como compañía de la pareja amorosa crea las llamadas “leyes de la hospitalidad”, expuestas en Roberte esta noche como una serie de principios que involucran al anfitrión, la anfitriona y el invitado, que son los participantes de un contramisterio o una mistificación, ya que “la esencia divina se explicita en tres personas que no son tres esencias sino una sola, puesto que no hay más que una esencia divina”.
Roberte, el ser femenino esencial, es palabra y figura. Esa primera novela de la trilogía fue ilustrada con seis dibujos del autor (otra faceta de su creatividad); en uno, misterioso, Roberte parece ser atacada por un hombre que le arranca un vestido en llamas. En el texto se explicará, no obstante, que Roberte se acercó imprudentemente a una chimenea, y él personaje que aparece de espaldas corrió a salvarla cuando vio que sus ropas se incendiaban. Esto será considerado por el sobrino Antoine como un “accidente”, y por el marido de Roberte, Octave, como un “incidente”.
Mas Roberte suele ser el centro de triángulos sucesivos, como se ve en las ilustraciones: atacada por un militar y un enano, o abrazando cariñosa y casi maternalmente al sobrino, que la desea, ante la complacencia de Octave. Alza Roberte la mano derecha y señala hacia el cielo, como indicándole al muchacho el punto al que ha de aspirar.
El erotismo en Klossowski es deseo de espíritu y de carne. La teología se erige, también, como pornografía. Define, al respecto, García Ponce: “El lenguaje de la teología se ha pervertido apartándose de su desaparecido objeto original, tal como maravillosamente lo hemos visto en la acción de Roberte ce soir, manifestándose como cuerpo de la obra. El cuerpo se ha hecho objeto de la pornografía porque nadie garantiza la coherencia única en la que podría mostrarse la identidad única también del yo que aloja. La perversión tanto de la teología como del cuerpo en la pornografía es la única regla posible de la vida. Octave, el artista, es un perverso no por las reglas que aduce la normalidad desde la que habla Antoine al principio de Roberte ce soir, sino porque ésta es una exigencia inevitable para hacer sentido sin renunciar al sinsentido de la vida”.
La perversión, pues, no pierde sino salva a los personajes de las novelas de Klossowski. En La revocación del Edicto de Nantes se alternan los diarios de Octave y Roberte, esquema que retomaría García Ponce en su novela De Anima (1984), con los apuntes de Paloma y Gilberto... A propósito de esta relación intelectual entre García Ponce y Klossowski, se contaba en la década de los setenta una anécdota (acaso inventada pero esencialmente cierta) según la cual la mujer de García Ponce un día le reclamó: “¡Ya estoy harta! ¡Si lees, lees a Klossowski; si traduces, traduces a Klossowski; si escribes sobre artes plásticas, escribes sobre los dibujos de Klossowski; y si haces tus novelas, las haces como las novelas de Klossowski!”, para llegar a este ultimátum: “¡O Klossowski o yo!” El narrador dejaba la respuesta en suspenso sólo unos segundos, para al final decir: “¡Pues Klossowski!”
Juan García Ponce y Michele Alban tradujeron para la editorial Era La vocación suspendida, Roberte esta noche y La revocación del Edicto de Nantes, y García Ponce escribió Teología y pornografía: Pierre Klossowski en su obra: una descripción (1975). En 1980 Raúl Falcó tradujo para la UNAM Orígenes cultuales y míticos de cierto comportamiento entre las damas romanas (publicado originalmente en 1968), en donde Klossowski se propuso demostrar que “la licencia, el desenfreno y lo que comúnmente se ha dado en llamar erotismo romano, nunca dejaron de tener su referencia en los mitos y la vida religiosa”.
Espíritu y carne, puntos cardinales de una escritura.

Agosto 2005

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